Zaratustra se marchó a la montaña; esperando gozar de su soledad se encontró con Caín, Prometeo y Sísifo; obviamente,no salió nada "bueno" para los "buenos": Bajó de la montaña
el Zaratustra anarquista y rebelde.

sábado, 6 de diciembre de 2014

La Geografía Libertaria (Parte I)

Cuando creé el Boletín de Didáctica de las Ciencias Sociales en la Pedagogía Libertaria, señalé en la primera edición que su propósito sería: “desarrollar y fortalecer las dimensiones educativas, pedagógicas, didácticas e investigativas, tanto de Profesores como de Estudiantes de las Ciencias Sociales, como conocedores específicamente de las áreas de conocimiento de la Geografía y la Historia, como promovedores del carácter científico de dichas áreas de conocimiento y como sujetos impulsores de una transformación hacia una sociedad libertaria”.
Para lograr este cometido, considero necesario inspirar el interés hacia la reflexión epistemológica, no sólo acerca del contexto propio del conocimiento de las Ciencias Sociales y particularmente de la Geografía y la Historia, sino también de aquellos aspectos epistemológicos que son vinculantes con otras áreas de conocimiento. En especial me refiero a la interpretación epistemológica de las nociones de espacio geográfico y tiempo histórico en las Ciencias Sociales, y su relación análoga con otras áreas de conocimiento como la matemática, la física y la química. La reflexión epistemológica permite además dar a conocer la posibilidad, origen y esencia de las diferentes concepciones, enfoques y corrientes, indispensable para el desarrollo del pensamiento crítico. Para los fines de este artículo abordaré lo concerniente al espacio geográfico.
Cuando de didáctica de las Ciencias Sociales se trata, es preciso considerar la noción de espacio como conocimiento del medio, que en Ciencias Sociales no es otra cosa que Geografía. En efecto, el espacio es el objeto de estudio de la Geografía y es precisamente su interés por el conocimiento del medio -y sus implicaciones naturales, políticas, económicas, urbana, entre otras- el que permite caracterizarla como ciencia de síntesis y vincular el trabajo geográfico con fenómenos estudiados por otras ciencias.
En cuanto a los enfoques del pensamiento geográfico, existe una corriente que ha pasado desapercibida tanto en la historia e historiografía de la Geografía, como en la vigencia y actualidad de su propuesta: la Geografía Libertaria o Anarquista. En este sentido, Paul Feyerabend inicia la introducción de su ensayo “Tratado contra el método, esquema de una teoría anarquista del conocimiento” de la siguiente manera: “El presente ensayo ha sido escrito con la convicción de que el anarquismo, que tal vez no constituye la filosofía política más atractiva, es sin embargo una medicina excelente para la epistemología y para la filosofía de la ciencia”, y es que el anarquismo tampoco ha sido una filosofía geográfica llamativa, como en todos los ámbitos mencionados anteriormente –filosofía política, filosofía pedagógica y educativa - a pesar de la pertinencia de sus argumentos.
La Geografía Libertaria se refiere al enfoque propuesto por el anarquismo en el área de la Geografía, basada en una serie de planteamientos que son coherentes con su propuesta evolutiva de transformación social, política y económica de la sociedad, contraria a las propuestas de distribución espacial basada en la lógica hegemónica y dominante del Estado y el capital y cualquier forma de autoridad, jerarquía y control social que devienen en un orden social injusto.
Esta corriente del pensamiento geográfico que procede del anarquismo, plantea, expone y propone un enfoque de integración armónica entre la naturaleza y la naturaleza humana, basado en el apoyo mutuo y no en la selección natural o competencia; por consiguiente, se preocupa de los efectos medio ambientales y ecológicos como consecuencia del desarrollo industrial. Sin embargo, desde otras perspectivas no sólo se pretende negar la evidente postura vitalista en defensa de la vida, sino que también se pretende mostrar anarquía y vida como contrarios.
Si desde la anarquía se propone una sociedad basada en el orden sin autoridad, resulta obvio que los primeros en preocuparse ante esta posibilidad son aquellos quienes detentan la autoridad o aquellos quienes anhelan erigirse como tal, he allí la intencionalidad oculta de enturbiar la anarquía al asociarla con desorden. En lo que respecta a quienes aspiran erigirse como autoridad, deshonrosamente suelen invocar la irreverencia y la rebeldía con el fin de estatuir, instituir, estatizar, institucionalizar e inmutar, para luego negarla; deshonrosamente apelan a la irreverencia hacia una “ciencia normal”, caracterizada por Kuhn en su “Estructura de las revoluciones científicas”, para luego premeditadamente, a sabiendas de lo expuesto por el citado autor en su mencionado texto, erigir una nueva “ciencia normal”.
Es una consecuencia lógica común para toda nueva “ciencia normal” que ha logrado la validación conceptual y el amplio consenso, su interés de perpetuase en el tiempo apelando a la flexibilidad. Una idea que se presta para tal fin es aquella expresada por Bachelard: “Los conceptos más útiles son aquellos lo suficientemente flexibles para dejarse reformar y rectificar”. Esto se evidencia en el concepto de Estado, cuyo predominio histórico parte de la utilidad manifiesta de algunos que se han dado a la tarea de construir científicamente una base teórica que lo justifique desde todas y cada una de las áreas de conocimiento; el Estado en sí mismo es inútil y su reforma y rectificación ocurre con la adjetivación que acude a su rescate, es decir, no lo llames Estado, llámalo Estado Social Democrático de Derecho.
La Geografía no ha sido la excepción de una ciencia y área de conocimiento supeditada y al servicio del Estado moderno. A finales del siglo XIX, Friedrich Ratzel, considerado como uno de los principales representantes de la Geografía moderna clásica, describe la relación entre espacio y población, y la distribución de los seres humanos en el espacio geográfico en torno a la existencia del Estado, la cual quedaría garantizada en la medida que dispusiera del suficiente espacio, y sus condiciones físicas y naturales para atender sus necesidades históricas.
Llegado a este punto, en cuanto al vitalismo se refiere, es posible apreciar la notable diferencia de concepción existente entre el geoestatismo y la concepción del pensamiento geográfico anarquista. Para el geoestatismo, prevalece la idea de espacio vital expuesta por Ratzel, lo vital es la existencia del Estado y su espacio; para la Geografía libertaria lo vital es la integración armónica entre la naturaleza y la naturaleza humana, basada en el apoyo mutuo.

Si partimos de la idea de que la política es la forma como se organiza una sociedad, y la Geopolítica la forma como se organiza una sociedad en un determinado espacio geográfico, no siendo el Estado-Nación moderno la única forma de organización de una sociedad, aunque sí sea la forma hegemónica que ha prevalecido a través de sus mutaciones reformistas históricas, entonces lo que se ha denominado como Política y Geopolítica son simplemente concepciones reduccionistas que giran alrededor del Estado, y lo que se ha dado como Ciencias Políticas no es más que Ciencias del Estado, y lo que se ha dado por Geopolítica no es más que Geoestatismo.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Desarrollo del estatismo venezolano


            En este vago esfuerzo que me he propuesto hacer para caracterizar el origen, desarrollo y auge del estatismo venezolano, es necesario apelar a dos representaciones de decadente prestigio en su pretensión de describir la realidad: la historia y la política. En cuanto a la historia, el subjetivismo interpretativo acerca de los hechos, en el que termina imponiéndose la exégesis dominante, y el carácter predictivo del futuro que se le atribuye, igualmente arbitrario, que decreta la imposición y niega la voluntad; en cuanto a la política, la interpretación reduccionista basada en el estatismo, que ha repercutido en la quietud, desinterés, pasividad y distanciamiento de toda acción política, la cual ha terminado por considerarse de inherencia absoluta al Estado.
            El origen del estatismo venezolano, se sitúa en el período correspondiente a la dictadura de Juan Vicente Gómez, en el cual ocurre la conformación del estado moderno en Venezuela, que en su última etapa, comprendida por los movimientos estudiantiles de 1928 y la posterior muerte del “Benemérito” acaecida en 1935, comenzaría a sentar las bases del sistema político de democracia representativa, basado en  la organización de partidos políticos. Para analizar las razones del origen de este estatismo, conviene ubicar el contexto histórico del pensamiento político en el resto del mundo, con el fin de inferir su incidencia en el estatismo venezolano y mostrar la idea evolucionada y los conceptos elaborados que se estructuran en torno a la noción de Estado a principios del siglo XX.
            La incidencia de la noción de Estado, la Teoría de Estado y su historia como fiel reflejo del perfeccionamiento de una maquinaria para ejercer el control y la dominación, no solo es palpable en Venezuela, sino también en un mundo en el que se han sembrado Estados por doquier, por haber logrado el ciego convencimiento de que el Estado es la panacea a todos los problemas de las sociedades humanas. Tal como expresara Ortega y Gasset en “La rebelión de las masas”: “En nuestro tiempo, el Estado ha llegado a ser una máquina formidable que funciona prodigiosamente, de una maravillosa eficiencia por la cantidad y precisión de sus medios. Plantada en medio de la sociedad, basta con tocar un resorte para que actúen sus enormes palancas y operen fulminantes sobre cualquier trozo del cuerpo social”.
El pueblo venezolano, al igual que el resto de los pueblos del mundo, históricamente han quedado a expensas del militarismo y de las élites políticas que invocan la representatividad, y se han usufructuado del desconocimiento político de quienes han llamado débiles, y desean convenientemente que permanezcan débiles; esto sólo es posible a través de un Estado, que según la definición de Max Weber “posee el monopolio legitimo de la violencia dentro de un territorio”.
El desarrollo del estatismo venezolano del siglo XX, fue influenciado por el auge del izquierdismo, sin advertir que el origen de la izquierda procede de la burguesía menos aventajada (jacobinos) que comenzaba a escalar posición de poder en el Parlamento francés, una vez finalizada la Revolución francesa. De la misma manera que la sociedad venezolana no pudo escapar del advenimiento, a comienzos del siglo XIX, de un proceso liberal, burgués y capitalista, de fundación de Repúblicas, como consecuencia del influjo de la Revolución francesa en la Guerra de Independencia contra la dominación española, que estuvo enmarcada en los trabajos de filosofía política de Hobbes (El Leviatán), Rousseau (El contrato social), Locke (Tratados sobre el gobierno civil) y Montesquieu (El espíritu de las leyes), tampoco pudo evitar ser alcanzada por la pujanza de un modelo social y de política económica que surgió en Europa a finales del siglo XIX a partir del movimiento obrero y el socialismo.
Este modelo social y de política económica, es el de la socialdemocracia, también denominado socialismo reformista, el cual, inspirado principalmente en el pensamiento de Marx, exhortaba a la creación de partidos como vanguardia organizativa de las fuerzas trabajadoras y, se impuso ante las propuestas más radicales y revolucionarias del socialismo y el comunismo, tanto autoritario como libertario. También influyó la teoría evolucionista del socialismo de Bernstein, quien considera que las condiciones de lucha del trabajador han cambiado como consecuencia de una democracia que se ha convertido en instrumento de conquista popular, posibilitando la transformación del capitalismo al socialismo a través de un proceso de reformas políticas y económicas orientadas hacia la confrontación electoral y la presencia parlamentaria de los partidos socialdemócratas. Otro pensador que influyó sobre la socialdemocracia en este período, fue Keynes, a través de su teoría económica denominada keynesianismo, en la que propone el control estatal de los mecanismos financieros, que guiará el proceso evolutivo hacia el socialismo.
Este ha sido el patrón de estatización seguido en Venezuela y el resto del mundo, como resultado de una mezcolanza principalmente de los liberales Hobbes, Rousseau, Locke, Montesquieu, con los socialistas Marx, Bernstein y Keynes. De esta manera, evidenciamos que liberales y socialistas, al menos aquellos de la domesticada tendencia socialdemócrata, que hoy día realmente son casi todos,  tienen más en común que lo que les diferencia, y es precisamente la enorme atracción que sienten por la superestructura estatal y el poder que les confiere. Esto no es más que la conciliación de dos conglomerados teóricos para ejercer el control, la dominación y el poder.
Los rasgos estatistas son igualmente comunes en Venezuela y el resto del mundo. No hay Estado que no sea populista-paternalista-clientelista, puesto que no hay Estado que no surja con el fin de ofrecer todas las respuestas de solución a los problemas de la sociedad, así como no hay individuo que no crea que sus problemas deban ser resueltos por el Estado. Por otro lado, el Estado para ejercer el poder y el control, necesita de la uniformidad de pensamiento, y es allí donde el estatismo se ha servido del partidismo, conformando de esta manera la relación simbiótica Estado-partidos, absorbiendo y subordinando, toda expresión y aspiración social e individual.
Otros rasgos característicos del estatismo, es el gobierno mal llamado representativo, que sólo es posible a través del circo electoral al que someten toda una población cada cierto período de tiempo; toda una expresión de “tiranía de la mayoría”, en la que el rebaño elige su amo de turno, si es que no se han creado los instrumentos legales correspondientes para reelegir indefinidamente al rey de la monarquía o dictadura democrática.
El Estado, además debe contar con la obediencia, subordinación y disciplina propias de un brazo armado, como la más alta expresión de militarismo uniformado; debe contar con un brazo adoctrinador educativo, como mecanismo de ascenso social, que contribuya al fortalecimiento de su poder, su estructura vertical y burocrática, retribuyendo con grandes privilegios y beneficios a quienes se rindan ante él -el Estado- con sus servicios.
Podría decirse, que el único rasgo particular que permite diferenciar el desarrollo estatista venezolano con la expresión de los estatismos de otras regiones cercadas de poder o naciones, es el de los ingresos que se obtienen como resultado de la renta procedente de la explotación petrolera, lo cual fortalece el poder de control del Estado, tanto interna como externamente.
He aquí que podemos identificar varios mitos fundacionales del estatismo, específicamente el estatismo venezolano y su sistema democrático, tales como: La noción de izquierda y derecha como espectro político, vinculando el bienestar del pueblo con la idea de “izquierda”; la fundación de Repúblicas, “el espíritu de las leyes” y el constitucionalismo, la socialdemocracia y la democracia en sí misma, como todo un constructo diseñado para dar libertad al pueblo; la obligatoria aceptación de un “contrato social” impuesto; los partidos como vanguardia organizativa que sabe cómo guiar y orientar al pueblo hacia su bienestar.
Pero, toda fantasía mitológica incluye personajes dotados de omnipotencia, divinidad y supremacía, es decir, Dioses, y los Dioses de los mitos anteriormente mencionados, son principalmente: Hobbes, Rousseau, Locke, Montesquieu, Marx, Bernstein y  Keynes. Por supuesto, toda mitología necesita de semidioses, aquellos hijos nacidos de la unión de un Dios y un humano, ya que son estos, los que con su actuación le dan fuerza a los mitos, perpetúan la necesidad de valores inmutables a costa del temor que cosechan de la siembra de inseguridad y crisis en los débiles mortales; saben con certeza, que la sociedad de débiles mortales necesita de mitos, Dioses y semidioses, para asegurar la cohesión y uniformidad mental del rebaño. Los personajes de semidioses varían según el cerco de parcela nacional, en el caso de Venezuela, encontramos a Bolívar en el siglo XIX y a Betancourt en el siglo XX, solo por mencionar a un semidiós por siglo.
Tal como ocurre el proceso de modernización en Venezuela, el alzamiento cívico-militar del 18 de octubre de 1945, contra el gobierno de Isaías Medina Angarita, y el movimiento cívico-militar del 23 de enero de 1958, con el que se derroca al gobierno de Marco Pérez Jiménez, constituyen hitos históricos que marcan una señal de bifurcación, indicando que definitivamente se ha tomado el camino hacia el pleno desarrollo del estatismo venezolano, dejando a un lado el camino del desarrollo de la capacidad autónoma de los diferentes sectores sociales para tomar sus propias decisiones e iniciativas. Se ha elegido el camino del militarismo y el partidismo, y aunque la explotación del petróleo es una limitante que sirve al predominio de ambas élites, el camino hacia la autonomía siempre estará allí, esperando por los trabajadores, estudiantes y campesinos.
“Los constructores de Repúblicas ideales querían dar la libertad al pueblo, mas la libertad dada deja de ser libertad… mientras dicen dar la libertad, formulan un detallado plan que ha de ser obedecido estrictamente”. […] “Los visionarios son objeto de mofa o desprecio, y los “hombres prácticos” rigen nuestras vidas. Ya no buscamos soluciones radicales, sino meras reformas, a los males de la sociedad; ya no tratamos de eliminar la guerra, sino de evitarla durante algunos años; ya no tratamos de eliminar el delito, sino que nos contentamos con reformas judiciales; ya no tratamos de extirpar el hambre crónica, sino de crear instituciones mundiales de caridad. En una época en que el hombre está tan preocupado por lo práctico, lo pasible de realización inmediata, constituiría saludable ejercicio volver la mirada hacia quienes soñaron utopías y rechazaron todo lo que no satisficiera su ideal de perfección”. María Luisa Berneri, escritora y propagandista italiana (1918-1949), tomado de su texto “Viaje a través de la utopía”.

             

lunes, 11 de agosto de 2014

Contraposición libertaria frente a las nociones políticas del estatismo


            Aún cuando asociamos la noción de Escuela y Universidad con las ideas de aprendizaje, comprensión, análisis, interpretación y demás actividades que contribuyen al desarrollo cognitivo del hombre, aproximándonos a las más diversas corrientes de pensamiento, teorías, ideologías y cosmovisiones metodológicas de las diferentes áreas de conocimiento, podemos constatar que específicamente en el área de la teoría política sólo ofrecen una perspectiva reduccionista  hacia el estatismo.
No es casual que los recintos académicos vinculen el estudio de las Ciencias Políticas con el de las Ciencias Jurídicas, y que su estudio central gire en torno a la teoría de Estado. Sin embargo, mi especial interés es la educación y la pedagogía, los educadores y los pedagogos, es decir, la enseñanza y el aprendizaje del conocimiento, y es el caso, que los docentes también poseen la visión reducida del conocimiento de teoría política basada en el estatismo.
Resulta obvio porque los estudiantes, hijos de trabajadores y campesinos, no conocen otra forma de organización social, política y económica, diferente al Estado, ni mucho menos la cree posible. En el ámbito de las posibilidades, el idealismo reinante, en ocasiones genuino, y en otras, disfrazado de materialismo, la posibilidad de ver a Dios es mayor que la posibilidad de considerar posible una forma de organización diferente al Estado; Dios y Estado van tomados de la mano y las Escuelas y Universidades se encuentran a su servicio.
Tal como expresaría claramente Mijaíl Bakunin, anarquista ruso (30 de mayo de 1814-1 de julio de 1876): “Hay una categoría de gentes que, si no cree, debe menos aparentar que cree. Son todos los atormentadores, todos los opresores y todos los explotadores de la humanidad. Sacerdotes, monarcas, hombres de Estado, hombres de guerra, financistas públicos y privados, funcionarios de todas las especies, policías, carceleros y verdugos, monopolizadores, capitalistas, empresarios y propietarios, abogados, economistas, políticos de todos los colores, hasta el último comerciante, todos repetirán al unísono estas palabras de Voltaire: Si Dios no existiese habría que inventario. Porque, comprenderéis, es precisa una religión para el pueblo. Es la válvula de seguridad.”
Ahora que hago alusión del fragmento de “Dios y el Estado” de Mijaíl Bakunin, es necesario destacar, que el anarquismo no es la única corriente de pensamiento que se caracteriza como antiestatista. Algunos liberales y comunistas, sensatos y de convicción, coinciden en situarse como antagonistas del Estado, pero la experiencia histórica demuestra como han terminado seducidos por el poder económico y político que la superestructura estatal les concede; el poder político es necesario para asegurarse el poder económico y viceversa.
Pero más allá de las etiquetas de corrientes de pensamiento y su postura frente al Estado; más allá de que algunos individuos consientan ser sometidos por una minoría privilegiada que detenta el poder estatal, que prefieran su protección ante una amenaza de violencia que es generada por el mismo Estado y elijan su tutelaje entregándole la libertad a cambio; más allá de que algunos individuos anhelen gobernar a otros por considerar de manera arrogante poseer cualidades, capacidades y virtudes que aquél no posee;  todo individuo libre y solidario con sus iguales no puede desear otra cosa que la abolición del Estado.
He aquí que presento un conjunto términos descriptores de la clásica teoría política, con el fin de exponer su contraposición libertaria. Se parte de la noción de Estado puesto que constituye el eje central de esta teoría tradicional; el gobierno, la representación del Estado; los ciudadanos, la servidumbre moderna; la nación, un pretexto de dominación y cercas de poder; el contrato social, la imposición de un acuerdo inexistente; la historia, un relato de dominación y poder; la gobernabilidad, la capacidad de someter; el progreso, el fracaso de una ilusión.
En el desarrollo de cada término se incluyeron fragmentos de diferentes textos libertarios, tales como: Así hablaba Zaratustra de Friedrich Nietzsche; Dios y el Estado de Mijaíl Bakunin; La anarquía y el método del anarquismo de Errico Malatesta; Estatismo y anarquía de Mijail Bakunin;  República y anarquía de Converti; El Estado de Piotr Kropotkin; La rebelión de las masas de Ortega y Gasset; El político y el científico de Max Weber.


ESTADO

            Estado se llama al más frío de todos los monstruos fríos. Es frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza de su boca: "Yo, el Estado, soy el pueblo". Friedrich Nietzsche, Así hablaba Zaratustra.

            “En el fondo, la conquista no sólo es el origen, es también el fin supremo de todos los Estados grandes o pequeños, poderosos o débiles, despóticos o liberales, monárquicos o aristocráticos, democráticos y socialistas también, suponiendo que el ideal de los socialistas alemanes, el de un gran Estado comunista, se realice alguna vez.” Mijail Bakunin, El principio del Estado.

            “El Estado no se llamará ya monarquía, se llamará república, pero no dejará de ser Estado, es decir, una tutela oficial y relarmente establecida por una minoría de hombres competentes, de hombres de genio o de talento, virtuosos, para vigilar y para dirigir la conducta de ese gran incorregible y niño terrible: el Pueblo.” Mijaíl Bakunin, Dios y el Estado.

            “Es el conjunto de todas las instituciones políticas, legislativas, jurídicas, militares, financieras, etc., por medio de las cuales se arrebata al pueblo la gerencia de sus propios asuntos, la dirección de su propia seguridad, confiándolas a algunos que, por usurpación o por delegación, se hallan investidos del derecho de legislar sobre todo y para todos y de forzar al pueblo a respetarlos, valiéndose del apoyo que les presta el poder de todos.” Errico Malatesta, La anarquía y el método del anarquismo.

            “Esta reacción no es otra cosa que el coronamiento de la idea antipopular del Estado nuevamente constituido, cuyo único fin es organizar la explotación más vasta del trabajo en provecho del capital que está concentrado en manos de un puñado: así, pues, es el triunfo del reino de la alta finanza, de la bancocracia bajo la protección poderosa del poder fiscal, burocrático y policial que se apoya sobre todo en la fuerza militar y es, por consiguiente, esencialmente despótico aun enmascarándose bajo el juego parlamentario del pseudoconstitucionalismo.” Mijail Bakunin, Estatismo y anarquía.

            “Por consiguiente, ningún Estado, por democráticas que sean sus formas, incluso la República política más roja, popular sólo en el sentido mentiroso conocido con el nombre de representación del pueblo, no tendrá fuerza para dar al pueblo lo que desea, es decir la organización libre de sus propios intereses de abajo a arriba, sin ninguna ingerencia, tutela o violencia de arriba, porque todo Estado, aunque sea el más republicano y el más democrático, incluso el Estado pseudopopular, inventado por el señor Marx, no representa, en su esencia, nada más que el gobierno de las masas de arriba a abajo por intermedio de la minoría intelectual, es decir de la más privilegiada, de quien se pretende que comprende y percibe mejor los intereses reales del pueblo que el pueblo mismo.” Mijail Bakunin, Estatismo y anarquía.

            “Se define Estado como la institución que posee el monopolio legítimo de la violencia en un territorio”. Max Weber, El político y el científico.
           

GOBIERNO

“El gobierno no es un placer, es un penoso deber: no se busca en él la satisfacción, sea de la ambición, sea de la vanidad, sea de la avidez personal, sino sólo la ocasión de sacrificarse en beneficio de todo el mundo. Es por eso, sin duda, que el número de los competidores en las funciones oficiales es siempre tan pequeño, y por lo que, reyes y ministros, grandes y pequeños funcionarios, no aceptan el poder más que a disgusto.” Mijaíl Bakunin, Dios y el Estado.

“Y si a los efectos naturales de la costumbre se agrega la educación recibida del mismo patrón, del sacerdote, del maestro, etc. -interesados todos en predicar que el gobierno y los amos son necesarios, y hasta indispensables-; si se añaden el juez y el agente de policía, esforzándose en reducir al silencio a todo aquél que de otro modo discurra y trate de difundir y propagar su pensamiento, se comprenderá cómo el cerebro poco cultivado de la masa ha logrado arraigar el prejuicio de la utilidad y de la necesidad del amo y del gobierno.” Errico Malatesta, La anarquía y el método del anarquismo.

“Gobierno significa delegación de poder, es decir abdicación de la iniciativa y de la soberanía de todos en las manos de algunos; administración significa delegación de trabajo, es decir encargo asignado y recibido, intercambio libre de servicios fundado en pactos libres. El gobierno es un privilegiado, puesto que tiene el derecho de mandar a los demás y de servirse de las fuerzas de los demás, para que triunfen sus ideas y deseos particulares; el administrador, el director técnico, etc., son trabajadores como los demás, cuando, se entiende, lo sean en una sociedad en la cual todos tengan los mismos medios para desarrollarse y todos sean o puedan ser a un mismo tiempo trabajadores intelectuales y manuales, y no queden más diferencias entre hombres que las que se deriven de la diversidad natural de las aptitudes, y todos los trabajadores, todas las funciones den un igual derecho a disfrutar de las ventajas sociales. No confundir la función gubernamental con la función administrativa, que son esencialmente distintas, y que si hoy se encuentran a menudo confundidas, es solo por causa del privilegio económico y político.” Errico Malatesta, La anarquía y el método del anarquismo.

“Los estadistas más avanzados sostienen que el gobierno se creó para hacer respetar el pacto social. Absolutamente falso. La historia nos da la razón. El gobierno es un organismo que sirve para mantener los privilegios de la clase dominante y solamente puede subsistir con la división de la sociedad en clases. Pero aun admitiendo que el gobierno pueda hacer respetar el pacto social, siempre continua siendo, empero una violación permanente de la libertad, porque un pacto libremente contraído debe ser siempre libremente modificado, y una fuerza que nos obligue a respetar lo que voluntariamente se aceptó y queremos modificar, viola nuestra libertad. “El soberano -escribió Rousseau-, es decir, el pueblo, puede muy bien decir: quiero actualmente lo que quiere fulano, o, por lo menos, lo que dice querer; pero no puede decir que lo que fulano querrá mañana lo querrá él también, y, por tanto, es absurdo imponer cadenas a la voluntad futura, que no debe depender sino de sí misma”. El gobierno, pues, considerándolo desde el punto de vista mejor, no puede conciliarse con la libertad. Tendrá que hacer respetar el pacto que le dio origen, pero como la sociedad varia continuamente, al día siguiente de constituirse un gobierno se halla, por su misma esencia, en oposición con las necesidades del pueblo. La sociedad, progresa; el gobierno es estacionario. Por esto no es posible un progreso continuo, sustituir la revolución sangrienta por la evolución continua de la sociedad sin quitar de en medio lo que se opone a esta evolución: el gobierno.” Converti, República y anarquía.

“El gobierno es un simple particular, que pretende de modo exorbitante, someter a su autoridad al conjunto de otros particulares de los que extrae su poder.” Gustave Courbet.


NACIÓN

            “La patria y la nacionalidad son, como la individualidad, hechos naturales y sociales, fisiológicos e históricos al mismo tiempo; ninguno de ellos es un principio. Sólo puede considerarse como un principio humano aquello que es universal y común a todos los hombres; la nacionalidad separa a los hombres y, por tanto, no es un principio.” Mijaíl Bakunin, Patria y nacionalidad.


CIUDADANO

            “Admitir que los ciudadanos constituyan entre sí una federación que se apropie algunas de las funciones del Estado, hubiera sido, en principio, una contradicción. El Estado pide a sus súbditos la sumisión directa, personal, sin intermediarios; quiere la igualdad en la servidumbre, no puede admitir el Estado dentro del Estado.” Piotr Kropotkin, El Estado.


CONTRATO SOCIAL

            “Se ve que en esta teoría, la sociedad propiamente dicha no existe; la sociedad humana natural, el punto de partida real de toda civilización humana, el único ambiente en el cual puede nacer realmente y desarrollarse la personalidad y la libertad de los hombres, le es perfectamente desconocida. No reconoce de un lado más que a los individuos, seres existentes por sí mismos y libres de sí mismos, y por otro, a esa sociedad convencional, formada arbitrariamente por esos individuos y fundada en un contrato, formal o tácito, es decir, al Estado (Saben muy bien que ningún Estado histórico ha tenido jamás un contrato por base y que todos han sido fundados por la violencia, por la conquista. Pero esa ficción delcontrato libre, base del Estado, les es necesaria, y se la conceden sin másceremonias).” Mijaíl Bakunin, Dios y el Estado.

“Los anarquistas presentamos un método nuevo; la libre iniciativa de todos y el pacto libre después de que, abolida revolucionariamente la propiedad privada, todos estén en posesión de igualdad de condiciones para disponer de la riqueza social. Es te método, no dejando lugar a la reconstitución de la propiedad privada, debe conducir, por medio de la libre asociación, al triunfo del principio de solidaridad.” Errico Malatesta, La anarquía y el método anarquista.


HISTORIA

            “El materialismo rechaza el principio de autoridad porque lo considera, con mucha razón, como el corolario de la animalidad y, al contrario, el triunfo de la humanidad, que según él es el fin y el sentido principal de la historia, no es realizable más que por la libertad.” Mijail Bakunin, Dios y el Estado.

            “La historia, en el sistema de los idealistas, he dicho ya, no puede ser más que una caída continua. Comienzan con una caída terrible, de la cual no se vuelven a levantar jamás: por el salto mortale divino de las regiones sublimes de la idea pura, absoluta, a la materia. Observad aun en qué materia: no en una materia eternamente activa y móvil, llena de propiedades y fuerzas, de vida y de inteligencia, tal como se presenta a nosotros en el mundo real; sino en la materia abstracta, empobrecida, reducida a la miseria absoluta por el saqueo en regla de esos prusianos del pensamiento, es decir, de esos teólogos y metafísicos que la desproveyeron de todo para dárselo a su emperador, a su Dios; en esa materia que, privada de toda propiedad, de toda acción y de todo movimiento propios, no representa ya, en oposición a la idea divina, más que la estupidez, la impenetrabilidad, la inercia y la inmovilidad absolutas.” Mijail Bakunin, Dios y el Estado.

            “La historia es un puñado de mentiras acordadas”. Napoleón Bonaparte.

            “Incluso el pasado puede modificarse; los historiadores no paran de demostrarlo”. Jean Paul Sartre.

            “¿Quiénes son los guardianes de la historia? Los historiadores naturalmente. Las clases educadas, en general. Parte de su trabajo es el de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados de una manera o de otra.” Noam Chomsky.


domingo, 10 de agosto de 2014

Desarrollo de la lectoescritura en la pedagogía libertaria (Parte I)


            Cuando de las actividades de lectura y escritura se trata, todos concuerdan en reconocer su implicación e importancia en el proceso de aprendizaje cognitivo y el conocimiento. Sin embargo, como trasfondo de este simple reconocimiento, se encuentran diferencias sustanciales entre concepciones pedagógicas, que son necesarias hacerlas tan evidentes como la importancia de la lectura y la escritura de la que hablamos.
El sistema educativo actual, a través de lo que denomina perfil del egresado y las titulaciones otorgadas, acredita el cumplimiento de las características y cualidades de moldeado deseables en cada uno de los niveles de educación y demandadas en el ámbito laboral; se inculca la idea del éxito y su conquista viene dada por el escalamiento a lo largo de su estructura vertical y jerarquizada.
            De este escalamiento, como propósito de lograr puestos de más alto nivel y mejor remunerados, tanto en el sector privado como en el sector público, surgen como consecuencias directas, la confrontación, la competencia, la división y la manipulación, lo que implica una renuncia total o parcial a la autonomía individual, es decir, adaptación, y considera que una alta capacidad lectora puede contribuir al logro de este escalamiento.
            Por otro lado, en el ámbito de la educación tradicional es muy común escuchar el uso de la palabra “estrategia” del griego strategos que significa ciencia de la guerra, no sólo a nivel de planificación gerencial educativa sino también a nivel de planificación de actividades de aprendizaje en la jaula que denominan aula. En este sentido, la lectura como contenido de aprendizaje no escapa de los estrategas de la educación, quienes se plantean “estrategias” cognitivas para el desarrollo de la habilidad lectora que no son más que mecanismos autómatas de comprensión y aprendizaje.
            Desde la perspectiva del sistema educativo actual, autoritaria por excelencia, el uso de la palabra “estrategia” tal vez sea un hecho de consecuencias inadvertidas y de poca relevancia, pero desde la perspectiva de la pedagogía libertaria, caracterizada por ser antiautoritaria y por consiguiente antimilitarista, no es posible admitir el uso de este término. Es inexplicable como las ciencias de la educación, al estar dotadas de un vasto lenguaje necesariamente relacionado con la epistemología y cosmovisiones metodológicas, tenga que servirse de un término de origen militar; la razón es la domesticación y es análoga a la domesticación del soldado.
            Apelan a la mutabilidad de la palabra estrategia, de origen militar, y con arrogancia se consideran los “combatientes contra la ignorancia”, pues nadie mejor que ellos, que son los poseedores del conocimiento, para luchar contra la ignorancia. Es la misma arrogancia con la que imponen su sistema educativo basado en la evaluación, pues nadie mejor que ellos para determinar quien posee el conocimiento y quien no, para medir el conocimiento a través del logro o cumplimiento de objetivos, percibiendo al estudiante como un autómata mecanizado y domesticado.
            La comunicación lingüística, que surge como una necesidad de denominar el mundo y expresarlo con fines determinados, son habilidades únicas del ser humano, que están compuestas por la modalidad de expresión (oral y escrita) y por los procesos de codificación y decodificación.  La educación bancaria, tal como la ha denominado Paulo Freire, a través de sus mecanismos autómatas anula la autoexpresión de un individuo que ingenua o voluntariamente ha apostado a la capitalización del éxito que le ofrece el sistema laboral.
            

viernes, 1 de agosto de 2014

Fantasmagoría teológica del derecho (Parte I)

            Vivimos rodeados de fantasmagorías, de ideas y conceptos sistematizados y articulados en instrumentos teóricos y lógicos que proceden de la teología, ciencia que ocupa un sitial de honor en el estudio de espectros fantasmales, entre los que se encuentra aquellos que se manifiestan a través de la representación jurídica y la legalidad, que en su pretensión de generalidad no tienen existencia real.
Específicamente, la teología del derecho constituye una rama de estudio fundamental en la configuración de un sistema arbitrario, orientado a la ordenación de la sociedad a través del ensueño legal, sosteniendo, induciendo e incitando permanentemente a la necesidad de la fantasía del orden jurídico en respuesta a los problemas de dicha sociedad; por consiguiente, tratándose de espectros fantasmagóricos y su inexistencia real, cuando nos proponemos emprender un análisis e interpretación de la realidad social en tiempo presente, resulta obvio que toda instrumentación legal, siendo de naturaleza espectral, es inútil.
            Si presuponemos que la idea de este orden jurídico sea respuesta a los problemas de la sociedad, entonces estas continuas e interminables soluciones de problemas y satisfacciones de necesidades que surgen a través de la creación y fortalecimiento de este abarrotado aparataje legislativo, estarían directamente relacionadas con las ideas de bienestar y progreso, puesto que se cree que es una mejora en pro de alcanzar una mayor felicidad social y armonía colectiva.
            Por otro lado, asumiendo que la historia sea la ciencia que estudia el desarrollo sistemático de hechos ocurridos en tiempo pasado o presente (pasado inmediato) y su incidencia en el futuro, si nos referimos específicamente a la realidad del pasado inmediato y su interpretación teológica del derecho, pareciera que la historia habría de ser la historia del bienestar y progreso de la sociedad, y de ser así, sería la misma historia de la libertad y la servidumbre humana, sencillamente porque no hay ninguna ley que sea promulgada en virtud del bienestar y progreso que no atente contra la libertad o en contra de nuestra servidumbre, si fuera el caso que estimemos que las leyes nos hace libres.
            Si nos proponemos la tarea de conceptualizar, definir, describir y caracterizar la libertad, veremos que es inevitable lograr tal cometido sin hacer mención de una palabra clave o descriptor, y me refiero específicamente al término “autonomía”; análogamente, si emprendemos esta misma tarea de caracterizar el opuesto de libertad, es decir, la servidumbre, igualmente encontraremos que es ineludible hacer referencia al término “heteronomía”, que obviamente es contraria a la “autonomía”.
            Este recorrido que iniciamos en la teología del derecho y ha llegado a la autonomía, pasando por la relación histórica entre el bienestar y progreso de la sociedad y la libertad, nos conduce nuevamente a la teología del derecho, puesto que la autonomía en su definición común, designa la facultad, condición o capacidad de un individuo para darse sus propias leyes, mientras que en la definición frecuente de heteronomía, esta capacidad que caracteriza a la autonomía es sometida a las formas jurídicas, lo real es la norma legal y toda norma legal es exterior a cualquier individuo.
Aquí vemos, como la idea de las “leyes naturales” y lo “universal” funcionan como instrumentos de naturalización de artificios, muy útiles para establecer las relaciones de yugo y dominación. La autonomía a la que me refiero trasciende la concepción de la teología del derecho; la autonomía a la que me refiero tiene que ver con la “voluntad de poder” o las fuerzas constitutivas de los individuos para desarrollarse plenamente en sí mismos, tanto en capacidades como en recursos que necesite para lograr dicho desarrollo.  

sábado, 12 de julio de 2014

Fetiche y uso de las TICs como plataformas tecnológicas para la educación y el desarrollo de las Ciencias Sociales


            Cuando un objeto, hecho o fenómeno, es reconocido de manera axiomática por la masa aglutinada, que por carecer de voluntad propia siempre está destinada a ser dirigida, tengo la tendencia a ser minuciosamente más crítico de lo normal, pues ocurre con frecuencia que tras de ese objeto, hecho o fenómeno, que se recibe y acepta como incuestionable e indiscutible, se encuentra una razón de simplicidad, superficialidad y de cierta ingenuidad, y en este caso me estoy refiriendo al uso de las TICs y de las plataformas tecnológicas en la educación y muy específicamente en las Ciencias Sociales.
            Por si fuera poco, las TICs y plataformas tecnológicas tienen la propensión sesgada de mitificarse y erigirse como fetiche, sin las cuales, la educación y la enseñanza de las Ciencias Sociales ya no sería posible, que en esencia es el efecto ídolo, algo sin lo cual la vida no es posible. Se magnifica el auge de las tecnologías y su incidencia en el flujo de información y la comunicación en la sociedad actual y los procesos sociales.
El concepto de “redes sociales” ha sido disociado de lo tangible y local, para ser vinculado con la tecnología de internet y la virtualidad, menospreciando su significado originario y real. Afirmamos estar más y mejor comunicados, atribuyéndolo al incremento del flujo de información y a la disposición inmediata de dicha información, sin advertir la cantidad de información desperdicio que esto conlleva, y por consiguiente, la necesidad del desarrollo de un juicio crítico que permita discernir entre la información basura y la información de real y verdadero provecho. Si no advertimos esta realidad y esta necesidad, el auge de mayor y más rápida información podría devenir en la desinformación como un indicador de idiotización de la sociedad, y la única conclusión posible es la relación directamente proporcional entre información e idiotez, es decir, a mayor información más idiotizada es la sociedad.
Esta tradicional y magnificada postura de las TICs se agrava cuando aquellos que reconocen como evidente su importancia y beneficios, están distanciados de la esencia de la ciencia y su trascendencia epistemológica; ni hablar, cuando dirigimos nuestra mirada hacia los resultados de la masificación y popularización del conocimiento a través de universidades, por supuesto, asumiendo que estas sean auténticos lugares de, por y para la búsqueda de conocimiento, puesto que en la negación de este supuesto que asumo, sería otra cosa lo que se estaría popularizando y masificando, y no es precisamente la ciencia y el conocimiento.
            Si hemos superado la noción predominante de que la educación es un mero acto de reproducir, consumir, repetir, transmitir y recibir conocimientos, y hemos adquirido conciencia de ciencia de todo conocimiento como objeto de apropiación, solo entonces podremos aprovechar de la mejor manera posible las técnicas y tecnologías que resultan de la ciencia y el conocimiento.
            Este aprovechamiento de los recursos técnicos y tecnológicos en la didáctica, enseñanza, pedagogía y educación de las Ciencias Sociales, radica en la construcción de páginas interactivas con enlaces que integren los diferentes recursos de multimedia; uso del correo electrónico; la disposición de recursos ilimitados en cuanto a base de datos, enlaces a bibliotecas, mapas interactivos, programas de aplicación; la integración de redes sociales virtuales especializadas en diferentes temas de interés.
            Específicamente la Historia del mundo actual, la historia inmediata, historia del presente o historia del tiempo presente, como disciplina historiográfica en permanente construcción, son beneficiadas con el uso de las herramientas y recursos que ofrecen las TICs y plataformas tecnológicas.

            

jueves, 10 de julio de 2014

La creación de libertad a través del proceso de razonamiento reflexivo sobre el verdadero conocimiento de sí mismo

 En este escrito describo un modo de como se enlazan las ideas de reflexión, razón, verdad, conocimiento y libertad, partiendo de la experiencia “del cuidado de sí mismo” y el “conócete a ti mismo” como prácticas y principios de moral.
El principio del “cuidado de sí mismo” como parte del desarrollo de la hermenéutica del yo, se ubica en los contextos históricos de la filosofía grecorromana de la antigüedad y la espiritualidad del cristianismo primitivo, y ha estado vinculado con la máxima del “conócete a ti mismo”. La articulación de los conceptos de reflexión, razón, verdad, conocimiento y libertad, con la experiencia del “cuidado de sí mismo”, en principio se manifiesta a través de la búsqueda del conocimiento acerca de sí mismo, un conocimiento acerca de sí mismo que resulta de la cotidianidad, de la vivencia del día a día, que contribuye no sólo a la protección de sí mismo, sino también de cada uno de los miembros de un colectivo en apoyo mutuo. Un conocimiento de sí mismo que implica el conocimiento del alma, no como sustancia o teología del alma, tal como lo aclara Focault en su texto “Tecnologías del yo”, sino en cuanto a una actividad orientada al cuidado de sí mismo.
Esa búsqueda incesante por el “conocimiento de sí mismo” en procura del “cuidado de sí mismo”, es acompañada por otra búsqueda, la búsqueda de la verdad, es decir, que de por sí, ese conocimiento de sí mismo no es suficiente, sino que ha de ser un conocimiento verdadero. Para lograr ese conocimiento verdadero de sí mismo, se propone escuchar la “verdad” de otra perspectiva y escuchar la verdad de su propio yo, de tal manera de encontrar la verdad acerca de sí mismo.
Este proceso de dialogar, escuchar y mirar hacia el propio yo, por un lado supone una reflexión, en este caso, una reflexión acerca del conocimiento verdadero del alma de sí mismo. Una reflexión que concilie, a través de ese diálogo, la oración de otros u oración colectiva y la oración individual de sí mismo, que permitan descubrir la verdad en el alma y las reglas que sirvan de base para la conducta y la acción política, como forma de relacionar el cuidado de sí mismo con el cuidado de los demás.

Por otro lado, supone la razón, en tanto que aplica el arte de escuchar (aprender a escuchar) como elemento fundamental para determinar lo que es verdadero y lo que es falso, es decir, un proceso de razonamiento reflexivo acerca de del conocimiento verdadero de sí mismo, todo este proceso con miras a un único objeto, el fin finalmente último: la creación de la libertad.

viernes, 27 de junio de 2014

Educación de autómatas para autómatas (Parte I)

Si hay algo que tienen en común los diversos enfoques educativos y pedagógicos en cuanto a la educación como una necesidad social del hombre, es la importancia que le conceden a los roles y contextos familiar, escolar y comunitario, puesto que constituyen el marco referencial indispensable para la integración de un individuo a la sociedad.
Tal vez la trascendencia que se les ha conferido a la familia, la escuela y la comunidad, se deba a que precisamente las principales causas de la problemática de la educación surgen por la displicencia existente en estos contextos, que además conlleva a la desintegración de lo que debería ser un esfuerzo y un compromiso en unión solidaria.
Pero esta unión solidaria está deformada por el panoptismo, el control, la dominación y la disciplina, rasgos que tienen en común tanto la familia, la escuela y la comunidad. De tal manera que la escuela no es más que la continuación del panoptismo familiar, en la que los padres ven en la escuela la oportunidad de deshacerse de sus hijos y ocultan esta intención en la “sagrada educación”.
Puesto que el desarrollo intelectual, las relaciones sociales y el nivel educativo, son factores que influyen en el desarrollo de la moral, resulta imposible hablar de educación y no vincularla con el desarrollo moral. En tal sentido, el Psicólogo estadounidense Lawrence Kohlberg, en sus estudios acerca del desarrollo moral, determinó seis etapas que corresponden a tres niveles distintos de moralidad, en las que normalmente los niños se encuentran en el primer nivel, preconvencionalismo y heteronomía moral, basada en el absolutismo y orientación a la obediencia; mientras que sólo el 25 % de los adultos alcanzan la quinta etapa, basada en la orientación legalista, que corresponde al tercer nivel (postconvencional); sólo el 5% llega a la sexta etapa de autonomía moral y orientación al principio ético.
No es casual que la mayoría de adolescentes y adultos se encuentren en el segundo nivel correspondiente al nivel de moralidad convencional y conformista. Las necesidades educativas durante el ciclo vital humano, transcurre hasta la etapa de la adolescencia, en la formación, que no es otra cosa que el proceso de construcción de cada tuerca, mecanismo, resorte, arandela y tornillo, ajustado a un molde que se lleva a cabo dentro de los muros de las fabricas escolares y cuyo producto final es un autómata.
Llegado este momento, el ciclo vital del autómata ya se encuentra en su etapa de adultez temprana,  se supone ya preparado para asumir el desafío laboral, la consecución del éxito, la demostración de su talento, habilidades y destrezas, que ante un régimen de competencia, sumada a una conveniente adaptación,  los resultados en términos de salarios, beneficios y ascensos, serán mayores, mejores e inmediatos. En esta implacable lucha por la consecución del éxito, impulsada por el miedo, el rechazo, la exclusión y el descarte por defecto, al no cumplir con las especificaciones de conducta demandadas, se desarrolla la conveniencia particular e inmediata como único precepto moral.
            Vivimos en la sociedad del control, la disciplina y del autoritarismo, con una educación que es fiel reflejo de dicha sociedad; ajustada a las necesidades de control de la clase dominante a través de la autoridad; centrada en el desarrollo mercantilista de habilidades y competencias de un futuro complaciente y conformista trabajador en busca de mejoras de trabajo, mejoras de salario, las cuales vincula con la idea de éxito; un éxito que será mayor en la misma medida que demuestre mayor adaptación a las condiciones que se le impone, bien sea explotación del hombre por el hombre o explotación de la naturaleza por el hombre, será mejor recompensado y retribuido con mejores posiciones dentro de la escala de jerarquización del control y la disciplina.
            En cuanto a los docentes, ya he comentado en otra ocasión que pareciera difícil distinguir que su realidad social se encuentra sumida en una confrontación que deviene de las relaciones de autoridad y que podrían categorizarse por áreas de conocimiento, perfiles universitarios, titulación versus contrato, condiciones económicas y finalmente la militarización y jerarquización de los docentes a través de ascensos. A esta situación se suman, el desinterés del profesor por dominar el área de conocimiento que enseña, para ponerlo en práctica por medio de la didáctica.

Pues bien, en cuanto a la familia, los padres andan huidos del hogar, para unos, por necesidad ante la realidad de un salario mínimo que resulta insuficiente debido a la inflación y otros factores económicos que esto acarrea; para otros, por la codicia, el afán por el enriquecimiento; o la simple ligereza e irresponsabilidad de deshacerse de los hijos, viendo sus propios muros de trabajo como entretenimiento y distracción, y los muros escolares de sus hijos como una guardería o depósitos temporales de niños, esperando que los docentes hagan lo que los padres son incapaces de hacer.

Comentarios al foro: "Problemática contemporánea de la Universidad venezolana" (Parte I)

            Si abstraemos, el tema tratado en este Panel-Foro, titulado como “Problemática contemporánea de la Universidad venezolana”, de su contextualización tiempo-espacio, es decir, de la contemporaneidad venezolana, obviamente, dando por sentado la vinculación de la universidad con el conocimiento y la educación, no hay duda que realizar un análisis de una problemática de este tipo, independientemente del punto geográfico que los internacionalistas definen como estados-naciones, y cualquiera que sea el momento histórico, requiere necesariamente, entre otras cosas, que tomemos en consideración la relación entre política y educación.
            Digo entre otras cosas, puesto que convendría, necesariamente como dije, considerar otros aspectos no menos importantes, que ameritan una revisión de la historia e historiografía no sólo de la universidad, sino también de la ciencia, el conocimiento, la educación, la pedagogía, la didáctica, la enseñanza y la tecnología, considerando sus orígenes, etimologías, y todo aquello que en esencia las definen.
No es que se hayan desestimado estos descriptores o factores que son ineludibles a la hora de conceptualizar una problemática de naturaleza educativa; simplemente, que si deseamos desarrollar el pensamiento acrítico y la tan anhelada actitud cuestionadora, habrá que realizar un estudio pormenorizado y detallado, de todos los aspectos antes mencionados, para rechazar y desechar todo aquello que sea contrario a la libertad, la autonomía  y al desarrollo del pensamiento acrítico del que hablamos, superando como ya se ha dicho, el desinterés, la indiferencia, el desgano, la apatía, la autoexclusión, la privación, la inhibición, el hastío y la rendición, esto es, la nada creadora, el trastocamiento de los valores en términos de Nietzsche, o como diría Bakunin: “La pasión por la destrucción es también la pasión creativa”.
            Así es, la continua creación es expresión de libertad, y es enemiga de quienes prefieren cobijarse en la sombra de la seguridad, lo petrificado, lo estatuido, lo institucionalizado, la quietud, la pasividad, lo inerte, lo inactivo, lo desidioso, lo indolente, que no son más que la penumbra y la tiniebla que sostienen al opresor.  En este sentido, me refiero muy particularmente a la máxima expresión de tiranía moderna, el Estado, ese “nuevo ídolo” del que relata Nietzsche en uno de sus pasajes en “Así hablaba Zaratustra”, esa “máquina formidable” que nos describe Ortega y Gasset en “La rebelión de las masas”, o como lo expresa Bakunin: “Donde comienza el Estado termina la libertad del individuo, y viceversa”.
            Ahora bien, desde el punto de vista de las universidades, cómo es posible hablar de la autonomía de una Universidad que depende absolutamente de la potestad, tutela, auxilio, sostén y protección del Estado, en la que el mismo individuo, sea discente o docente, carece de autonomía, está supeditado y absorbido por el brazo adoctrinador de las iluminadas autoridades académicas, sean estas, “amigas” o “enemigas” del Estado, o en todo caso, de la minoría que se ha hecho o desea hacerse de la portentosa maquinaria estatal.
            Aunado a esto, me preocupa que cuando hablamos de esta "autonomía universitaria", la vinculamos con la idea unidimensional y desgastada de izquierda y derecha política, esa misma a la que el Prof. Agustín Martínez hace referencia como dicotomía ideológica, que no son más que meras posturas en pugna por el poder, que con más de doscientos años de experiencias históricas que así lo evidencian, desde tiempos de la revolución francesa, período en el que surgió esta idea unidimensional del pensamiento político, hasta nuestros días, ya han debido ser superadas. Por si fuera poco, los constitucionalistas leguleyos, fútiles creadores de leyes, favorecen el principio de divinidad del Estado, como ente y fuente que concede y quita patentes de libertad y autonomía, según sea conveniente.
            Reitero que es necesaria una revisión de la historia e historiografía, no sólo de la universidad, sino también de la ciencia, el conocimiento, la educación, la pedagogía, la didáctica, la enseñanza y la tecnología, considerando sus orígenes, etimologías, y todo aquello que en esencia las definen, tomando en cuenta que hasta los autoritarios también hablan de libertad: “Todo ser humano es libre si su libertad no atenta a la de los demás", Napoleón Bonaparte. Crear y recrear; destruir si es necesario, para propiciar las condiciones de creación, a través de la apostasía, el aprender a desaprender y la transmutación de los valores, teniendo siempre presente que: “Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”, Nietzsche.
            En la portada del texto “Política y Educación. O de la Política en la Educación”, aparece la secuencia cronológica de un niño que  a los seis años recibe la instrucción de “¡Hazlo así!”, a los ocho años se le dice “¡Se hace así!”, a los diez “¡Siempre debes hacerlo así!”, y a los once “¡Elige tú!”. Ante esta posibilidad de elegir, el niño en la siguiente secuencia se muestra confundido y desconcertado.
Asumiendo, que esta posibilidad de elegir en el niño tenga que ver con el desarrollo de su pensamiento acrítico, su libertad y su autonomía, podría incluirse en esta sucesión gráfica las instrucciones detalladas de las condiciones que tiene que obedecer y reverenciar, según convenga, puesto que serás libre de acatar las restricciones, que terminan limitando el alcance del pensamiento ante las imposiciones de una autoridad académica, quien a fin de cuentas determina y decide que es posible y lo que no. ¿Hasta que punto estamos dispuestos a contribuir con el desarrollo del libre pensamiento?


domingo, 8 de junio de 2014

Marx y su propiedad


      Mucho se ha conjeturado acerca de la posible influencia de “Él Único” de Max Stirner en el “Superhombre” de Friedrich Nietzsche, debido a las coincidentes aproximaciones de sus pensamientos. Pero, en el caso de que este atisbo fuera cierto o no, ¿Cuáles son las razones por las que  Nietzsche trasciende en la historia de la filosofía y Stirner es relegado? Noam Chomsky -quien a pesar de definirse como anarquista, ha manifestado su contradictoria complacencia hacia un Estado que explota petróleo y que además lo hace por medio de transnacionales, una complacencia que quizá sea el resultado de los enormes dividendos que dicho Estado le ha dado en publicidad de sus textos- plantea lo siguiente: “¿Quiénes son los guardianes de la historia? Los historiadores, naturalmente. Las clases educadas, en general. Parte de su trabajo es la de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados de una manera o de otra”. ¿Acaso no habrá sido esto lo que le ocurrió a Stirner debido al momento histórico que le tocó vivir? ¿Acaso el mismo Chomsky como “clase educada”, en la deformación de las convicciones de un anarquista, como según se ha definido a sí mismo, no ha contribuido a la conformación de la visión de una historia inmediata que sostiene los intereses del poder presente, cualquiera que sea el Estado, por mucho que se muestre débil y aparente ser virtuoso?
        Efectivamente, a pesar de esta vinculación entre Nietzsche y Stirner, es posible evidenciar que Nietzsche es quien ha trascendido la historia de la filosofía y se le ha concedido un lugar relevante en el desarrollo histórico del pensamiento filosófico. En este sentido, Paul Ricoeur, filósofo y antropólogo francés, contado entre los numerosos filósofos que han  desarrollado trabajos acerca de los aportes de Nietzsche a la filosofía, lo menciona en su texto “Freud: una interpretación de la cultura” al decir que la escuela de la sospecha la dominan tres maestros: Marx, Nietzsche y Freud. De esta manera, vemos la noción de “falsa conciencia” de Marx en “La ideología alemana” en donde expone que la conciencia se falsea por intereses económicos, la “mala conciencia” de Nietzsche en la “Genealogía de la moral” planteando que la conciencia se falsea a través del resentimiento del débil y la “inconciencia” de Freud en “El yo y el ello” en donde formula que la conciencia es falseada a través de la represión del inconciente; es decir, desde diferentes presupuestos, delatan las ilusiones, lo aparente y la falsa percepción de la realidad.
            He aquí que nos hemos encontrado con Marx, que al igual que Nietzsche, en comparación con Stirner, también se le ha concedido un sitial de honor dentro de la filosofía, como ya hemos visto en Ricouer a través de su denominación “maestro de la sospecha”. Pero dejando a un lado la exaltación filosófica de filósofos por filósofos, hay un elemento fundamental, que Ricouer consideró para acuñar tal denominación, y este elemento, que ya mencioné con anterioridad, es el de la conciencia; precisamente es la conciencia, el punto de partida y eje central que desarrolla Marx en su texto “La ideología alemana”, puesto que su crítica surge de la noción de ideología como falsa conciencia. Pero qué es “La ideología alemana”, si no la crítica de la filosofía alemana en y posterior a Hegel, procedente de aquel grupo de “Los libres”, específicamente a tres de sus representantes: Feuerbach, Bauer y Stirner, llamados también jóvenes hegelianos o “hegelianos de izquierda”; esta última denominación, acuñada por David Strauss, estableciendo una analogía con la idea de izquierda surgida a raíz de la Revolución Francesa.
            De tal manera que existen dos aspectos relevantes presentes en el texto de Marx y Engels, titulado: “La ideología alemana”, que son desconocidos y omitidos, intencional o ingenuamente, pasados desapercibidos tanto por estudiosos y no estudiosos, diluyendo su contenido en una comprensión básica y limitada. Estos dos aspectos son, en primer lugar, la perspectiva epistemológica presente en el texto, relacionada con la conciencia, y ésta a su vez, vinculada con la ideología; en segundo lugar, el hecho curioso de que más de la mitad del texto se ocupa de dirigir con desprecio y poca creatividad intelectual, una crítica a las ideas de Max Stirner, plasmadas en el texto: “El único y su propiedad”, razón por la cual escribo “Marx y su propiedad”.
            En cuanto al primer aspecto se refiere, la ideología, la lógica y la teoría, desde el punto de vista conceptual, metodológico y epistemológico, son formas de operacionalizar el razonamiento y pensamiento humano, necesarias para describir, comprender y transformar la realidad del mundo que nos rodea. Ya he mencionado que según Marx y Engels, la ideología es una falsa conciencia. En este sentido, la controversia se centra en determinar si la falsa conciencia está contenida de manera parcial dentro de la noción y concepción de la ideología o está contenida en toda su amplitud.
Por un lado, si la falsa conciencia está contenida de manera parcial dentro de la noción y concepción de ideología, entonces deja entrever la posibilidad de una verdadera conciencia, y su categorización, vendría determinada por posición de intereses de grupos de clases sociales, en cuyo caso, la forma concreta y específica de la falsa conciencia estaría asociada con la ideología burguesa, mientras que la forma concreta y específica de la verdadera conciencia estaría asociada con la ideología proletaria, que no puede ser falsa, puesto que de ser así no sería posible llevar a la práctica la revolución del proletariado. No obstante, si la función práctica es la condición necesaria y suficiente para determinar la verdadera conciencia, entonces la reinante praxis burguesa  también sería una conciencia verdadera, o bien, en general, la verdadera conciencia vendrá determinada por la clase dominante. Es decir, si se generaliza a toda ideología como falsa conciencia, la revolución del proletariado no será posible, pero si se particulariza la ideología proletaria como verdadera conciencia, en tanto que su práctica es posible, entonces también habría que particularizar a la ideología burguesa como verdadera conciencia, concluyendo que en general la verdadera conciencia es determinada por la clase dominante.
Por otro lado, si la falsa conciencia está contenida en toda su amplitud dentro de la noción y concepción de ideología, tomando en cuenta que cualquier conjunto de ideas, creencias o conocimientos, sean falsos o verdaderos, pueden ser considerados como ideología, y que dicha ideología, como ya he dicho, viene dada por posición de diversos intereses de diversos grupos sociales, según la teoría de Marx y Engels, entonces la perspectiva de cada grupo social es limitada y queda reducida a una búsqueda parcial y representación deformada de la de la realidad, razón por la cual resulta en una falsa conciencia o ideología.
Se puede evidenciar, que a la filosofía de Marx le ocurre epistemológicamente lo mismo que a su praxis política del socialismo científico; el eterno retorno de una clase aparentemente oprimida, que emerge como una nueva clase dominante, la nueva casta elitesca, que asegura estar dotada de intelecto y conciencia, los iluminados, sacerdotes, pastores y científicos del socialismo. Al respecto, Bakunin acotó la influencia del poder para quien lo ejerce y para quien se somete: “Ejercer el poder corrompe, someterse al poder degrada”; Proudhon constató la causa del devenir de una nueva clase dominante: “El mayor obstáculo que la igualdad ha de vencer, no es el aristocrático orgullo de ricos, sino el egoísmo indisciplinado de los pobres”. Este egoísmo indisciplinado de los pobres del que Proudhon habla, puede explicarse a través del resentimiento que caracteriza a la moral de esclavos de Nietzsche, en la que el esclavo revaloriza lo que el amo valora, es decir, el proletario revaloriza el capital como factor de producción, revaloriza la alienación como factor de la explotación económica del capital y la dominación política del estado. Desde Marx no hay nada que hacer y el mismo Marx se cercioró de inocular ineficacia a otras propuestas filosóficas como la de Max Stirner y su texto “El Único y su propiedad”
         Conjeturo que “conciencia falsa” es una simple correspondencia de términos con “ideología alemana”, la ideología es conciencia, y se establece una relación crítica entre lo falso y la filosofía alemana, específicamente el idealismo hegeliano y el materialismo de los “hegelianos de izquierda”. Comprender la filosofía de Marx, pasa por realizar un análisis epistemológico, y por consiguiente, comprender las posturas filosóficas de Hegel, Feuerbach, Bauer y Stirner, que nada tiene que ver con las ideas y prácticas vagas que superficialmente se han popularizado, sino con la apropiación original de lo esencial, tal como lo expresa Heidegger. Incluso, comprender las ideas de Marx, pasa por comprender la teoría de valor de Malthus, la plusvalía de Proudhon, los modos de producción de Smith, la lucha de clases de Guizot, la dialéctica de Hegel y el materialismo de Feuerbach, para que de esta manera podamos esclarecer la propiedad de Marx, ante la sistematización poco original y creativa de un  compendio de  ideas que no le pertenecen.
            El segundo aspecto, como dije, se refiere a la crítica dirigida a Max Stirner, que además le tomó más de la mitad del texto de “La ideología alemana”. El libro “El Único y su propiedad” de Stirner, es una crítica metafísica con las negaciones de dios y estado; considerada como martillazos de filosofía, se propone derribar todos los conceptos que se han instituido como dominación y control de nuestras vidas, y por ello supone un gran peligro para el poder y su funcionariado, puesto que la semilla rebelde e iconoclasta siempre encuentra tierra fértil en la que germina, crece y fructifica.