Transcurre
el año de 1810 y comienza a gestarse la Sociedad Patriótica. Su creación es
atribuida a Francisco de Miranda, quien ya en 1798 había fundado la “La Gran
Reunión Americana”, Logia de los caballeros Racionales o Logia Lautarina, como
una organización ideológica y política basada en los principios del liberalismo
y cuyo fin era llevar a cabo la revolución de la independencia de
Hispanoamérica estableciendo un gobierno republicano.
Luego de los acontecimientos del 19
de Abril, con la renuncia de Vicente Emparan, surge la Junta Suprema
Conservadora de los Derechos de Fernando VII en las Provincias de Venezuela,
con el fin de ejercer un gobierno autónomo desde la Capitanía General
conformado por miembros de la oligarquía criolla, siendo una de sus primeras
medidas, el envío de misiones diplomáticas a Londres, Estados Unidos y Curazao para
solicitar apoyo a la revolución y reconocimiento de la Junta como regidora de
Venezuela en ausencia del Rey.
A
Londres fueron enviados Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez,
quienes para lograr el apoyo de Inglaterra establecieron contacto con Francisco
de Miranda en virtud de su trascendente trayectoria. Este esfuerzo fue
infructuoso, pero incide en el retorno de Miranda a Venezuela, ocurrido en La
Guaira el 10 de Diciembre de 1810. De manera informal ya se iniciaban las
actividades de la Sociedad Patriótica.
Los principales objetivos de dicha
sociedad era la declaración de la independencia de Venezuela y, consecuente con
la ideología y los principios liberales, comunes a la Gran Reunión Americana,
establecer un régimen republicano y democrático, que seria permanentemente
defendido por Simón Bolívar a través de sus escritos y su oralidad. Esta acotación
es necesaria para evidenciar el interés de la Historia Oficial, la del poder o
los vencedores si se prefiere, aquella que realiza una cuidadosa selección de sucesos
que pueden ser modificados convenientemente desde el mismo momento en que
ocurren o incluso mucho tiempo después, exaltando a ciertos personajes, sus
proyectos e ideas, hasta convertirlos en emblema, omitiendo, negando, ocultando
y silenciando a otros, a los vencidos, los de abajo, los oprimidos, sus
sentimientos, ideas y posturas.
Francisco Antonio Paul Terrero es
uno de un sinfín de silenciados de la Historia de Venezuela, la Historia
Oficial de uno de los tantos Estados-Naciones y Republicas fundadas como
consecuencia del auge de los principios de liberalismo político y económico
puestos de manifiesto a través de la Revolución Estadounidense y la
Revolución Francesa.
“Coto
Paul”, llamado así debido a que padecía de hipotiroidismo, enfermedad que
produce un aumento de tamaño de la parte anterior e inferior del cuello, en un
mundo ya plagado de las ideas liberales, hacia escuchar su voz en una de las
sesiones de la Sociedad Patriótica, a través de lo que puede considerarse como
un poema a la anarquía, confrontando con osadía y vehemencia, a los partidarios
del centralismo y a los detractores del federalismo:
“¡La
anarquía!: “¡La anarquía! Esa es la libertad cuando para huir de la tiranía
desata el cinto y desanuda la cabellera ondosa. ¡La anarquía! Cuando los dioses
de los débiles, la desconfianza y el pavor la maldicen, yo caigo de rodillas en
su presencia. ¡Señores! ¡Que la anarquía, con la antorcha de las furias en la
mano, nos guie al Congreso, para que su humo embriague a los facciosos del
poder y la sigan por las calles y plazas gritando libertad!”.
Hasta el colmo de repetidos y adoctrinadores salmos
responsoriales bolivarianos se ha dado a conocer aquellos personajes que
influyeron en el pensamiento liberal y republicano de Simón Bolívar, menciónese
Rousseau, Montesquieu, Bentham, Locke y
Voltaire, pero que hay de aquellos quienes inspiraron estas poéticas palabras de
apasionado levantamiento pronunciadas por Coto Paul en 1811, al referirse a la
anarquía.
Pierre Joseph Proudhon es el primero
en definirse explícitamente como “anarquista” y el primero en utilizar la
palabra “anarquismo”, pero esto ocurre en 1840, veintinueve años después de las
palabras de Coto Paul, en ocasión de su libro “¿Qué es la propiedad? O una
investigación acerca del principio del derecho y del gobierno”, al reflexionar
acerca de las diferentes formas de gobierno: “¿Qué forma de gobierno es
preferible? –¿Y aún lo preguntáis –contestará inmediatamente cualquiera de mis
jóvenes lectores–, ¿no sois republicano? –Republicano soy, en efecto, pero esta
palabra no precisa nada. Res publica es la cosa pública, y por esto quien ame
la cosa pública, bajo cualquier forma de gobierno, puede llamarse republicano.
Los reyes son también republicanos. –¿Sois entonces demócrata? –No. –¿Acaso
sois monárquico? –No. –¿Constitucional? – Dios me libre. –¿Aristócrata? –Todo
menos eso. –¿Queréis, pues, un gobierno mixto? –Menos todavía. –¿Qué sois
entonces? –Soy anarquista.”
Sin embargo, antes que Proudhon,
otros pensadores exponían sus ideas afines a la anarquía y el anarquismo tal
como es concebido hoy día, y posiblemente influyeron en Coto Paul, como es el
caso de Étienne de La Boétie con su “Discurso sobre la servidumbre voluntaria o
el Contra uno” publicado en 1548; y William Godwin con su obra publicada en
1793 (en plena Revolución Francesa) titulada "Disquisición sobre la
justicia política y su influencia en la virtud y felicidad de la gente”.
Otros personajes que posiblemente
hayan inspirado a Coto Paul, son Babeuf y Boissel con su “Catecismo del genero
humano” (1789), y Marechal con su “Manifiesto de los iguales” (1796). Cabe
destacar que Babeuf y Marechal organizaron un movimiento que denominaron “La
conspiración de los iguales” (1796) con el fin de derrocar el Directorio del
régimen thermidoriano de la Primera Republica Francesa, durante la Revolución
Francesa, pero fracaso por causa de traición.
En Godwin, Étienne de La Boétie,
Babeuf, Marechal y Boissel, encontramos el preludio de la anarquía en
Venezuela, eso es Francisco Antonio Paul Terreros, una expresión de poesía y
acción de sublevación contra los facciosos del poder, el preludio de la
anarquía en Venezuela.